Enamorado Tuyo... - Roier x Male Reader (2025)

La noche era fría y solitaria, no me había sentido así hace un buen tiempo. No es como si no me sintiera triste nunca y sea la persona más alegre del planeta desbordando felicidad con cada paso que da, no. Solo me acumulaba todo detrás de una gran muralla de titanio reforzado, que al parecer la carga ya fue demasiada que se colapsó.

Toque fondo.

Luego de soportar todos mis problemas en silencio, camuflándolo con una maldita sonrisa y chistes tontos para despistar, al fin me había quebrado.

Abrazaba mis piernas en mi cama en completa oscuridad, lamentándome por todo. Por lo que pude hacer o lo que si hice, todas mis decisiones desde que era un feto hasta este mismo día. Mi mente no me dejaba en paz, reviviendo cada una de mis memorias en donde solo debí quedarme callado y aceptar el cruel destino.

—Top 10 mis momentos más humildes —bromeé.

Estaba triste pero aun bromeaba con lo que me aquejaba. Sonreí con tristeza, no sabía cómo podría solucionar todo lo que rondaba en mi mente, pero lo que si sabía era que en algún momento debía salir de mi habitación y enfrentarme al mundo.

Solo. Como siempre ha sido.

Lagrimas silenciosas salieron de mis ojos haciéndolos arder, no me sentía a gusto con esto, si seguía llorando mis ojos se hincharían, apreté mis párpados obligándome a guardar todo otra vez.

Mis amigos estaban en la sala y dije que solo debía entregar un proyecto de la universidad y volvía. Ya habían pasado 10 minutos, debía volver de una vez o sospecharían.

Tome una gran bocanada de aire. Me mentalicé y estuve listo para volver a ese ambiente.

Me dirigí al baño para lavarme el rostro. Una vez dentro me mire al espejo.

Solo podía ver imperfecciones, acné y demás. Mi cabello despeinado y mi cara de muerto en vida, no era mi mejor imagen. Los pensamientos intrusivos comenzaron a atacarme.

No mereces nada de esto.

Mírate, un fracaso.

Aprovecha ahora, tus amigos aún no se dan cuenta la mierda de persona que eres.

Te terminaran reemplazando, como siempre.

¿De qué te cansas? Si no haces nada.

Esfuérzate, no haces lo suficiente.

No eres suficiente.

Nunca serás suficiente para nadie.

Sacudí mi cabeza, no debía de prestar atención a eso. Lave mi cara varias veces para mejorar mi aspecto. Seguían las imperfecciones pero ya había mejorado a comparación de antes.

Volví a soltar un suspiro.

Estaba listo.

Con mi mejor sonrisa tome la perilla dispuesto a dirigirme a la sala a convivir.

Cuando salí me topé con Roier, mi mejor amigo.

—Oh, Roier —sonreí—. ¿No estabas con los demás?

—Si, pero te tardaste una eternidad, pendejo. Vine a buscarte.

—No pues, ni mear me dejas, pinche toxico.

—Si, sí. Regresemos a la sala que luego te escapas para jugar skiwars.

—Me atrapaste.

Se acerco a mi para ir juntos de regreso, pero antes de eso me inspecciono buscando algo.

—¿Que? —le pregunte—. ¿Quieres que te bese o qué?

—A ver —se acercó más.

—Al cine —lo empuje de broma.

—Ah, ¿con que con esas andamos?

—Si y ya paralé, debemos volver con los demás.

—Si, si —hizo una mueca—. ¿Por qué tardaste?

—Les dije que tenía pendiente algo de la universidad.

—Si, pero saliste del baño y dijiste que solo te tomaría unos 5 minutos —me inspecciono nuevamente—. ¿Estas bien? Te veo raro.

—Si, solo después de enviar mi trabajo quise ir al baño.

—Lo entiendo, pero fue casi una hora.

—Si, ya- —deje de hablar—. ¿¡Una hora!?

Asintió. ¿Cómo demonios me demore casi una hora? Yo sentí que solo pasaron 10 minutos mínimo.

—Oh, vaya. Yo sentí que solo pasaron diez minutos —reí tenso.

—Por eso digo, ¿estas bien?

—Si, no sé porque preguntas la verdad.

—Tus ojos se ven apagados.

—¿Mis ojos?

—Si, bueno —rasco su nuca—. Normalmente tus ojos se achinan cuando te sientes de la fregada y pues están así.

—Ah, yo —no sabía que decir—. Tengo sueño, ya sabes, la universidad, trabajos y así. Odio los trabajos grupales, los idiotas que me tocan son unos flojos.

Me siguió mirando, espero que se trague mi excusa barata.

—Después hablamos.

Mierda, mierda y más mierda.

—Hablaras tu solito, al juntarte con Quackity se te pega lo menso, estoy bien —sonreí.

Su cara decía claramente que no me creía, seguí sonriendo intentando que dejé de preguntar.

—De acuerdo —sonrió—. Vamo'.

La noche siguió transcurriendo como normalmente hacíamos cuando nos juntábamos. Noche de juegos que terminaba en peleas que más que preocupantes resultaban chistosas.

—¡Ey! Dejen de mandarme +4.

—Soporta pinche perro, eso te pasa por decirle a todos las cartas que tenía.

—La idea fue de Aldo.

—¡Traidor! —grito—. Mariana oculto una carta para cambiar de color en el culo.

—Bloqueado por soplón.

—Bloqueado tus huevos.

—Bloqueado por mamon.

—¡______! Teníamos una alianza.

—Si, pero era doble agente, nunca debiste confiar en mí.

—La verdadera alianza era entre él y yo —Roier me abrazo por los hombros dando a revelar nuestra alianza secreta.

—Que tristeza, men. Ya ni puedes confiar en tus amigos.

Le tocaba a Roier, Mariana y yo seguimos peleando porque aún no superaba que lo había bloqueado a nada de ganar.

—Uno.

La mesa quedo en silencio.

—Rivis, no.

—Rivers, sí.

El ambiente era tenso, yo tenía 5 cartas así que mis probabilidades de ganar ante las 2 cartas por Mariana y una de Rivers, era casi imposible.

—¿A quién le apuestas? —me pregunto Roier.

Miramos a ambos y luego a nosotros, la respuesta era obvia.

—Rivers —dije.

—Osvaldo —dijo.

Nos miramos, al parecer no estamos de acuerdo.

—Cabron, Rivers solo tiene una.

—Si, ¿pero y si no tiene el color?

—No jodas claro que sí.

—Claro que no.

Mientras Roier y yo discutíamos sobre eso el juego seguía, ninguno de los dos estaba por ganar, si uno dejaba una carta volvía a aumentar porque las tarjetas del mazo botaban el mismo color y no otro.

—Si estarás estúpido —lance una carta—. Rivers ganara.

—Pero si estarás pendejo idiota, ¿cómo crees? Mariana ganara cuando las cartas dejen de dar el mismo color. Uno.

—¿A poco? —lanzo su carta—. Team Rivers.

—Team Mariana.

—Ah, Roier —intento hablar Aldo.

—Ahora no, Aldo.

—Chingas mucho a tu madre, ______.

—La tuya, ojete.

—Roier gano —soltó Rivers.

—¿Que?

—¡Que! —grito feliz.

—Si, mientras peleaban gano el muy cabron.

—¡Vamo'! —grito feliz.

—Pues, chido.

—¿Ahora eres Team Roier?

—No.

—Tú te lo pierdes.

—Uy, sí. Mira como sufro.

—Chistosito.

—Ya, bájenle a sus peleas maritales.

Mire mal a Osvaldo, es mi mejor amigo, no mi novio.

—Lo que pasa es que estas celoso que a mi si me quieren y a ti no —jugo mientras me abrazaba.

—No te pases, mien —fingió llorar.

—Ay que bonito el amor, a ver bésense —ahora molesto Aldo.

—No.

—Ay, que amargado.

—Háganlo y les doy lo que quieran —ofreció.

Rei y mire a mi amigo para reírnos juntos, lo vi y Roier pareció pensarlo, lo mire atónito, ¿cómo siquiera lo considero?

Le hice señas para que se acercara, debía hablarlo con él.

—¿Qué con eso?

—¿Qué o qué?

—¡Lo pensaste! —susurre.

—Ah, si —afirmo—. Pero van a ser lo que queramos —se excusó.

—No voy a besarte —aclare.

—En la mejilla, no seas cobarde.

Lo pensé, nunca especificaron. Además parece que Roier si quería que estos le deban algo. Suspire, lo haría por mi amigo.

—Bien.

—Genial, te lo devolveré.

—Eso espero.

Dejamos nuestra pequeña junta atrás y nos pusimos al frente de ellos.

—Uno —aclare.

Nos miraron sorprendidos, parece que no esperaban que aceptáramos.

—Bien —acepto aun asombrada.

—De acuerdo —mire a Roier.

Se estaba acercando y el hecho de solo estar a nada de besarlo me invadió la mente. Suerte que sería en la mejilla y no en la boca.

Nos acercamos más y yo me dirigía hacia su mejilla.

El celular de Roier sonó, eso hizo que girara su cabeza por instinto.

Mierda.

Al momento de girar su cabeza sus labios y los míos se tocaron.

Me aleje rápidamente.

Había besado a mi mejor amigo.

A. Mi. Mejor. Amigo.

Quería que la tierra me trague y me escupa, no se ¡Nunca!

Mire a Roier, se quedó quieto. Los demás estaban igual de asombrados.

—Yo pensé que lo hacían de broma.

—Yo igual.

El silencio me mataba.

El pánico abordo mi ser, quería huir de este lugar. Que pena que sea mi casa y tocaba quedarme. Peor aún, Roier y yo vivimos juntos y tendría que verlo en la mañana.

—Bueno... —trate de relajar el ambiente—. Debo de... Si.

—Si, yo igual —tomo sus cosas y se fue a su habitación.

—¿Chicos? —trate de preguntarles si aún se iban a quedar.

—Oh, tranquilo. Ya nos íbamos.

—Bueno, adiós.

Mientras se iban escuchaba sus susurros.

—Wey, que incomodo fue eso.

—Cállate, Aldo.

—¡Ya! Solo decía.

Suspire. Debía arreglar esto con Roier y no sabía cómo.

🪐☄️

Las semanas pasaron y ya no hablábamos como antes, solo palabras banales de cortesía y luego simplemente nada. Parecíamos extraños que vivían bajo el mismo techo a este punto.

No fui lo suficientemente valiente para tratar de insistir en hablarlo. Pero él tampoco quiso hacer algo al respecto.

Nuestra amistad de años se ve arruinada por esta simple pendejada, no sabía cómo sentirme o que hacer. Algo me decía que si seguíamos así poco a poco dejaríamos de ser amigos, no quería eso, ya me había encariñado con Roier y perderlo sería simplemente horrible.

Suspire. Debía de hablarlo con el hoy, no quería que por esto se termine.

Me pare de mi escritorio dispuesto a hablar con él.

Decidido abrí mi puerta, y para mi sorpresa estaba mi amigo a nada de llamar a esta.

—Sebastián.

—______.

No tenia idea de como empezar, nuevamente el silencio me estaba poniendo ansioso. No hablamos durante mucho tiempo por lo que paso hace unas semas y cuando ya estaba listo para poder aclarar las cosas con él, toda mi valentía se lanzó por la borda.

—Eh... ¿pasas? —pregunte, era incomodo estar parados en medio de la puerta.

—Ah, seguro.

Entro a mi habitación lentamente como si esperara que en cualquier momento un creeper saliera de la nada y explotara en su cara. No se a lo que tenía tanto miedo.

Se sentó en mi cama y yo en la silla de mi escritorio, estábamos frente a frente, las palabras no salían por parte de ninguno.

—______... Yo —hizo una pausa y se sobo la cara con sus manos—. Sobre lo de hace un tiempo, yo creo... Dios, como te puedo decir esto.

—¿El que?

Me miro, las palabras no salían de su boca.

¿Qué es lo que tanto le cuesta decir?

Te va dejar.

Le das asco, solo era una broma y tu tenías que arruinarlo.

Demonios, no.

¿Me dirá que ya no quiere que seamos amigos?

¿Se mudará?

¿Me dejara?

Por favor, no.

¿No lanzara todos nuestros años de amistad a la basura por eso, o sí?

Los pensamientos me atacaban y Roier solo se quedaba sin decir absolutamente nada.

—Sobre el beso.

—¿Sí?

—¿Qué fue eso para ti? —soltó al fin, sus ojos temían la respuesta.

¿Qué fue para mí eso?

No lo se.

Fue nuevo.

Aterrador.

Sorprendente.

Pero repasando todo eso, hasta ahora, no sabría como expresarlo.

Toqué mis labios y el vio que lo hice. No sabia que decirle exactamente, era el primer chico al que besaba y por una estupidez.

Volví a recordar todo lo que paso ese día, aun no sabia que decir, el recuerdo se reproducía en mi mente como un bucle. Sus labios, mis labios, juntos por unos milisegundos.

No sabría como responderle que significo ya que solo fueron unos pocos segundos.

Solo fueron por unos segundos, pero yo... Quisiera...

No, es tu mejor amigo, no digas tonterías que por lo de hace semanas casi lo pierdes.

—No... No lo se —dije—. Solo fueron unos pocos segundos —me sincere.

—¿Estas insinuando que quieres besarme de nuevo para comprobar?

—¿¡Que!? ¡No! —me avergoncé, ¿cómo siquiera pensó eso?

—Que mal —solté un «¿Ah?» como respuesta—. Yo si quiero besarte de nuevo.

Me miro asustado por como me vaya a tomar sus palabras.

Lo dice para no hacerte sentir mal.

Lo estas obligando.

¿Algún día dejaras de pensar en alguien que no seas tu?

No mereces el afecto de nadie.

Sali de la habitación tan rápido como pude.

Hui como un cobarde. Pero soy un cobarde que teme a cagarla con su mejor amigo por esta estupidez.

No sabia como dirigir sus palabras, no podía encerrarme en mi habitación ya que ahí se encontraba el, así que solo me fui a la sala.

—Carajo... —despeine mi cabello con frustración.

Estaba confundido. Asustado.

Todo esto sucedió por un beso accidental y ahora... Él quería repetirlo.

Y yo no sabia como reaccionar, no me dio ningún aviso y no supe que debía de hacer, fue tan repentino.

¿Quería repetirlo?

No lo sabía.

Nuestra amistad pendía de un hilo. Hilo que se estaba rompiendo cada vez mas a causa de mi huida.

El recuerdo de ese día volvió a mí. Tal vez, si solo tal vez... Ellos no hubieran estado aquí, tal vez yo... Nunca me hubiera alejado.

Dios, se supone que mis sentimientos hacia Roier estaban muy bien guardados. Pero ese maldito beso. Ese beso, hizo que el cofre se abriera y volvieran a salir a la luz.

«—Yo si quiero besarte de nuevo.»

—Yo también... —susurre.

Recordé su mirada, él quería que digiera lo mismo, ¿acaso sentía lo mismo? Pero, ¿por qué yo? No lo entiendo.

¿Cómo siquiera se fijó en mí?

¿Y si todo es una de sus bromas?

Siempre hace lo mismo con sus amigos, coqueteando con ellos de broma.

¿Soy una broma para él?

Porque se fijaría en mi si cualquiera mataría por tenerlo a su lado.

Tal vez dijo eso porque tenia miedo a que dejemos de ser amigos, si seguro es eso.

Me quede mirando a la nada, pensando, los pensamientos intrusivos no tardaron en atacar y a este punto me importaba poco.

Tenía miedo.

Iba a perder a Roier.

Mi amigo... Mi mejor amigo.

—______...

Mierda.

—¿Sí? —pregunte, mi voz temblaba.

—Debemos hablar.

—¿De qué? —fingí demencia.

—Sabes de que —se sentó a mi lado.

—No, no lo creo —evite su mirada.

—¡______! —alzo la voz tomando mi mentón para que lo voltee a mirar.

—¿Qué? —me sentí regañado.

—Hay que hablarlo, por favor —suplico, estaba triste y por mi culpa, yo tengo la culpa de todo.

Asentí con miedo, no quería oír lo que estaba por decir.

—De acuerdo —suspiro—. ¿Te incomode?

—No.

—¿Entonces?

—No lo se —apoye mis brazos en mis rodillas y tape mi rostro con mis manos.

—¿Qué es lo que sucede?

—Nada.

—______ si no me dices lo que sucede no podremos arreglarlo.

—No se que quieres arreglar si todo está perfectamente bien.

—¿Todo esta perfectamente bien? —repitió—. Mierda, ______ en estas semanas hemos parecido más extraños que amigos —se exalto.

—No se a lo que te refieres.

—Claro que sí.

—No, no es cierto.

—¿Puedes dejar de evitar tus problemas por una maldita vez en tu vida?

—No estoy evitando nada.

—Lo estas haciendo, lo haces ahora, lo hiciste todas estas semanas y ese día ¿crees que no me di cuenta que estabas llorando? Siempre evitas el enfrentamiento —me acuso, lo mire sorprendido, en mi punto de vista pase desapercibido.

—¿Cómo...?

—Te conozco de años, se cuando me mientes.

Esas palabras tocaron mi corazón, se empezó a sentir cálido, ¿tanta atención me daba para darse cuenta de hasta cuándo miento?

Dios, cállate.

No podía con Roier, no pude desde que me di cuenta que había quedado perdidamente enamorado de el y ahora que él me estaba hablando para arreglar este problema. Tenia miedo de que lo que diga afecte a nuestro futuro.

—Lo siento...

—Tranquilo, ¿solo hablémoslo, sí?

No estaba seguro. Tenía miedo.

—______.

Tomo mis manos, lo mire.

Me gustaban sus ojos, son de un lindo color.

—Bien —cedi.

—Bien —me sonrió, amaba esa sonrisa.

Nos miramos y no podía no caer hipnotizado ante sus ojos.

—¿Ahora me dirás? —hice una mueca de confusión—. ______, yo... —trago saliva—. Yo si quiero besarte.

—Oh, si... eso.

—¿Qué piensas? —pregunto temeroso.

—Sebastián, yo en verdad no lo se.

Suspiro—. Está bien, no te presionare —se levantó, estaba por irse.

Quería decirle, pero no sabía.

¿Si todo era mentira y solo lo dijo para no echar a perder nuestra amistad? Tenia miedo de que, estemos juntos y luego de un tiempo me diga que ya no siente lo mismo.

Tengo miedo de ser algo pasajero para él, y que el para mi sea mi todo.

¿Y si luego de eso ya no quiere saber más de mí?

Quería dejar de ser tan cobarde, pero algo no me dejaba. Era como si estuviera encadenado en un foso de cobardía y miedo.

Tome su muñeca y el me miro, mi boca no dejaba salir palabra alguna.

—¿Te puedes... Quedar conmigo? —asintió.

No sabia como empezar a decirle, ni siquiera sabia porque lo detuve de irse. Ahora estoy reteniéndolo y no puedo decirle absolutamente nada ya que no sé cómo decirlo.

Abrí la boca pero aun así no pude decir nada.

—Si no puedes, no te fuerces.

Apreté mis labios—. No, no quiero seguir siendo un cobarde.

—¿A qué te refieres?

—Tengo miedo... De ser algo pasajero para ti —me sincere—. De que sea solo una broma y no me tomes en serio.

—Solo es un beso —le restó importancia.

Sentí como algo se rompió dentro de mí.

Si era algo pasajero para él.

Lo que temía se volvió realidad.

—Si, a eso me refería —reí fingiendo que no me dolió—. Luego, nos expones y ya sabes, nos molestaran hasta nuestra tumba.

—Oh, ¿a eso te referías?

—Si, ¿a qué más, creíste que me gustas? —reí.

—Eso hubiera sido terrible —rio—. Además, no me gustan los chicos —dejo de reír—. ¿A ti sí?

—Eh, nunca lo pensé —un «si» quedo atorado en mi garganta—. Nunca me importo pensar en ello.

—Bien.

—Si —algo no entendía—. Si no te gustan... ¿Por qué querías besarme?

—Ah... Para probarte, es que fue muy repentino lo que paso.

—Buena broma —le golpee el hombro a modo de juego.

—Lo se —apoyo su mano en mi hombro—. Bueno, ¿todo bien?

—Si, todo bien.

Me dedico una ultima sonrisa y se fue.

Mi sonrisa se fue convirtiendo en una mueca poco a poco mientras su figura desaparecía entre el pasillo.

Dirigí mi mirada al suelo, estaba dolido.

🪐☄️

—¿Estás seguro de esto?

—Aja —en realidad no lo estaba.

—Bueno, te extrañare.

—Igual, pero es tiempo de avanzar —me excuse—. La universidad se volvió mas pesada y debo de estar cerca a mis practicas si quiero graduarme con honores.

Le mentí, estaba bien con mis notas, pero ya no quería estar en la misma casa que él, no tenía nada en contra solo porque no había ninguna posibilidad de que le guste. Si no es que quería un tiempo lejos de el para sanar.

Nos dirigimos a la puerta, luego de que la cruce nuestros caminos se separaran.

Le sonreí, me abrazo y se lo devolví, cuando estaba por alejarme no pude. Roier no quería dejarme ir, lo aparte.

—Me debo de ir.

Crucé la puerta y me dirigí hacia mi nuevo comienzo.

🪐☄️

Recordaba la vez en donde el salió por esa puerta, la ultima vez en que nos vimos y hablamos.

«Me sonrió, lo abrace y él lo hizo de vuelta, empezó a alejarse, pero no lo deje, quería que se quedara y no se fuera. Parece que lo incomode porque me aparto.

—Me debo de ir —se veía incomodo.

Se dio la vuelta, mi boca se abrió para decirle que no se vaya y se quedara conmigo. No salió nada.

Él se fue y yo me quede en esa casa, sin él»

Ya había pasado más de un año desde que se fue, aun nos seguíamos en Instagram lo cual me permitía ver las fotos que subía a su cuenta sobre sus amigos o su vida universitaria.

Cada que podía las revisaba y un día de esos, vi algo que hizo que me hizo sentir como si me arrojaran cubo de agua helada.

Enamorado Tuyo... - Roier x Male Reader (1)📷

Lo perdí. Debí decirle la verdadera razón por la cual quería besarlo, pero me acobardé y ahora el esta con alguien más.

Me arrepiento totalmente.

Escuché como te daba miedo ser algo pasajero para mí, vi como toda la valentía que habías tomado para decirme eso se desvanecía a causa de mis palabras.

Lo siento. Pero cuando dijiste que temías ser algo pasajero, dude. Temí hacerte daño e igual lo hice y decidiste irte.

Te fuiste para sanar y ahora me tocaba a mí.

Al escuchar«Enamorado Tuyo»existe una pelea entre los fans.La cual se trata de que si la canción se basa de cuando una persona no acepta que está enamorada o se está desenamorando. En esta historia cuenta ambos significados, ellos no aceptaron que estaban enamorados del otro y ahora les toca desenamorarse... 💔
Enamorado Tuyo... - Roier x Male Reader (2025)

References

Top Articles
Latest Posts
Recommended Articles
Article information

Author: Barbera Armstrong

Last Updated:

Views: 6128

Rating: 4.9 / 5 (59 voted)

Reviews: 90% of readers found this page helpful

Author information

Name: Barbera Armstrong

Birthday: 1992-09-12

Address: Suite 993 99852 Daugherty Causeway, Ritchiehaven, VT 49630

Phone: +5026838435397

Job: National Engineer

Hobby: Listening to music, Board games, Photography, Ice skating, LARPing, Kite flying, Rugby

Introduction: My name is Barbera Armstrong, I am a lovely, delightful, cooperative, funny, enchanting, vivacious, tender person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.